domingo, 6 de septiembre de 2009

No basta con poner el corazón



Era el partido que todo Sudamérica esperaba, la tensión estaba latente desde hace un mes atrás, las apuestas empezaban a correr, unos con calculadora en mano empezaban hacer cuentas con la derrota de la Argentina para irse a la agencias de viajes a comprar los boletos para ir a Sudáfrica, otros solo concebían a este partido como el clásico mas influyente del mundo, es que Argentina se enfrentaba a su archirrival Brasil.

Sin duda ese partido era más importante para Argentina que para Brasil, porque la albiceleste aun peligra la no clasificación directa al mundial, y más aún si los resultados no se le dan a Maradona tendrá que empezar a depender de otros resultados lo que evidentemente sería fatal, mucho más para un país tan futbolero como Argentina.

Oscar Julián Ruíz dio el pitazo inicial, Argentina empezó controlando el esférico, tocándola así como le gusta a Diego, tratando bien a la número 5, con buena técnica, sin embargo las declaraciones constante del técnico argentino de que Mascherano es él y diez más hace que toda la responsabilidad recaiga en el joven volante del Liverpool y esa presión en partidos como el que disputó el sábado la albiceleste no son fáciles de soportar, mucho más si sabes que también tienes la responsabilidad de marcar a Kaká. En todo caso los argentinos rotaban el balón buscando los espacios para que los rápidos Tévez y Mesi puedan desequilibrar a cuatro torres brasileñas en el fondo de la zaga.

Dunga por su parte con una estrategia más inteligente que emocional, supo estudiar los primeros 15 minutos a su rival, hasta que empezó a apretar el pie en el acelerador y fue metiendo a los argentinos en su ritmo de juego, hasta que en el minuto 23 el defensor Luisao conectó de cabeza tras el tiro libro cobrado por Elano.
El “Scratch” fue subiendo su nivel y empezó a manejar el balón y los espacios, sin lugar a dudas Brasil fue superior, técnica, física y tácticamente, pues Argentina al no tener una respuesta inmediata al gol, al minuto 30 llegó el segundo, esta vez por medio del infalible Luis Fabiano quien se encontró el balón en la boca del arco defendido por Andujar.

Para el segundo tiempo Maradona replanteó en algo su esquema, su equipo se empezó a mover más, ya que la pelota pasaba más por los pies del talentoso volante ex Boca, Jesús Dátolo quien a los 65 minutos tras un potente disparo de larga distancia descontaba el marcador, lo que hacía suponer que el encuentro se ponía al rojo vivo, en fracciones de segundos todos quienes mirábamos el partido suponíamos que Argentina iba a sacar su orgullo propio a relucir, y todo su talento lo pondría en la parrilla, pero al frente tenía a un Brasil que quería sellar su pasaporte en Rosario, y con una fantástica capacidad de reacción dos minutos después, con una tejida fenomenal de los brasileños, Kaká puso un pase al puro estilo de un enganche de esos que ya están extinguiéndose para que otra vez Luis Fabiano con una velocidad endiablada ponga el balón en las mallas.

Los dirigidos por Dunga eran los dueños de la pelota, la rotaban por todos los sectores, mientras que Maradona estaba desconcertado, ya no le quedaba una uña más, miraba a la banca pero las dudas los mataba, los cambios no le resultaron, Milito solo tuvo una y de rebote, todos percibíamos que lo que le faltaba a la selección Argentina era un generador de fútbol, el genio, el que la pisa, que hace la pausa, el que controla los tiempos, ese jugador que puede estar apagado 85 minutos pero que en el minuto 90 pone un pase al vacío y cambia la historia de un partido.

La lectura que me queda a posteriori de haber seguido a la Argentina en varios partidos es que Diego Maradona debe empezar a mirar el fútbol local, porque Argentina necesita de urgencia un delantero con oficio de 9, de esos enormes, fuertes, porque ese es un punto débil de esta selección a la que le sobra talento, y argumentos de buen fútbol hasta el área grande, pero en el área chica el balón pasa de largo. Pues de que le sirve a Zaneti o a Heinze correr 80 metros si cuando lanzan el centro no hay nadie quien la conecte.

Hoy por hoy todos los ojos del mundo apuntan a la Argentina, nadie quiere hacerse la idea de ver un mundial sin la presencia de una potencia del fútbol como esta, simplemente perdería mucha expectativa.

1 comentario:

Leonardo Intriago dijo...

me parece que Maradona tiene que salir de su situación de DT, todo lo que hizo con la mano lo borra con el codo