martes, 23 de junio de 2009

¿Qué es jugar bien?


Días después del clásico del astillero, partido que lo ganó Emelec en condición de visitante por la mínima diferencia a su eterno rival Barcelona, todos quienes espectamos este encuentro nos quedamos con un sabor agridulce, percibimos que de a poco se está perdiendo la verdadero sabor de un clásico.

Esta introducción sirve para demostrar que el equipo que ha estado en la punta por varias semanas como el Emelec, no da una sensación de buen fútbol, si bien es cierto ha ganado muchos partidos y empatado otros, más de visitante que de local, pero la pregunta que nos hacemos es ¿cómo es que está en la punta un equipo que muestra un fútbol inconsistente y conformista?.

Estamos de acuerdo que los partidos se los gana con resultados, y los tres o un punto que se sumen los pone a los clubes en posiciones estelares, pero la preocupación radica en que se está perdiendo el verdadero sentido del fútbol, y ¿cuál es el sentido?, brindar un gran espectáculo a las personas que acuden cada fin de semana para “divertirse” por 90 minutos.

A posteriori de ese clásico, los periodistas increpaban al estratega argentino Gabriel Perrone con preguntas que aludían a por qué el equipo no mostraba una buen fútbol, y automáticamente el técnico del Emelec, les devolvió la respuesta preguntándoles ¿qué es jugar bien?.

En una sociedad postmoderna donde el relativismo cada vez tiene más fuerza en el entendimiento del discurso, seguramente la pregunta de Perrone se vuelve bastante subjetiva, pues inmediatamente sin darles oportunidad a la prensa de responder él manifestó “estamos punteros, Liga de Quito es el que más tantos tiene a su favor, el club que menos goles lleva en contra es Nacional, segundo es EMELEC a uno. Somos el plantel que más partidos ha ganado de visitante y en total” y en tono irónico dijo “no somos Barcelona FC, el Chelsea o el Manchester”, con seguridad después de esas declaraciones cualquier futbolista que esté en el equipo azul se le fueron todas las aspiraciones y sueños de algún día jugar en esos equipos europeos.

Ante aquella respuesta que en algo pudo contentar a la gente, porque actualmente las estadísticas arrojan que EMELEC es el puntero, lo que significaría que es el mejor, y con ese fútbol conformista que muestra cada domingo, interpreten lo que sucede con los otros clubes, el nivel aun está por debajo de lo que aspiramos los que gustamos de este deporte.

Alguna vez escuche decir a un amigo que por cierto no sabe si la pelota es “cuadrada o redonda”, que detesta el ver partidos del campeonato local, y que prefería ver la Liga Española, Inglesa, Italiana, Argentina, le pregunté por qué y su respuesta fue que los partidos en Ecuador aburren, son lentos, y bruscos y los otros entretienen por las genialidades que hacen esos jugadores. Y así percibo opinarán muchas personas que se apasiona o no por el fútbol.

Pues bien, vuelvo a la pregunta qué es jugar bien, a la que me atrevo a dar una respuesta, jugar bien es sinónimo de Barcelona de España, un equipo que en la creación tiene a tres futbolista que no pasan del 1.68 deetatura, me refiero a Inista, Messi y Xavi Hernández, pero son quienes hacen el fútbol fácil, cambiante, rápido, dinámico, anticipado, y sobretodo lo convierten en poesía.

El fútbol no puede perder su esencia, no debería defraudar a la gente que asiste a los encuentros, solo echemos un vistazo a los estadios en Inglaterra, Alemania, Italia o España, siempre permanecen llenos, acá en Ecuador tendría que jugar Barcelona, Liga de Quito o Emelec para que la gente asista medianamente.

El campeón del mundo en México 86, y actual Director deportivo del Real Madrid el argentino Jorge Valdano en alguna ocasión expresó “un partido en el recreo de un colegio, dos jubilados hablando de fútbol en un café, los focos de un estadio que se encienden para iluminar el espectáculo, los cantos de la hinchada, la entrega orgullosa de todos, el juego de pensamiento entre el que está ante la responsabilidad de patear un penal y el que quiere pararlo, el “oleeee” arrancado por un amague perfectamente comido, el partido a punto de terminar, todo eso es un verdadero disfrute”

Ecuador tiene que recobrar la memoria histórica de lo que es jugar bien, o al menos no perder las referencias de otras partes del mundo, la gente quiere espectar buen fútbol, una fantasía, las genialidades, los amagues, los túneles, el quiebre de cintura, los desbordes, esas jugadas que los dejen con el corazón en la mano, que los hagan permanecer en las gradas hasta el último minuto adicional, y salir con una sonrisa en sus rostros y extasiados de haber observado lo que significa jugar bien al fútbol.